CUANDO DIOS CAMBIA NUESTRO DESTINO.

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INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por título. Cuando Dios Cambia nuestro destino. Las Santas Escrituras nos narran, nos revelan la vida de una mujer, de una hija de Dios  llamada Noemi. Noemi, era esposa de Elimélec, efrateo de Belén de Judá de la época de los jueces. Debido a una hambre severa, que había caído sobre Israel y toda la tierra, se mudó a Moab con su esposo y sus dos hijos, Mahlón y Kilión. Allí murió Elimélec. Posteriormente, sus hijos se casaron con las moabitas Orfá y Rut. 
Desconsolada por la muerte de sus dos hijos, Noemí, decidió volver a Judá. Las dos nueras viudas iniciaron el viaje de regreso con ella, pero Noemí les recomendó que se volvieran y se casaran en su propia tierra, pues ella misma se había hecho demasiado vieja para llegar a pertenecer a un esposo. Cuando Noemí llegó a Belén, dijo a las mujeres que la saludaban: No me llamen Noemí Mi Agradabilidad. Llámenme Mará Amarga, porque el Todopoderoso me ha hecho muy amarga la situación.  Como era la época de la cosecha de la cebada, Rut bondadosamente fue a espigar para su propio sustento y el de Noemí y sin saberlo  fue a trabajar en el campo de Boaz.  
PALABRAS DE ORACION.
DESARROLLO.
CAMBIANDO LA RESIDENCIA DE BELEN POR MOAB.
1)  Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
Sucedió, aconteció que en los tiempos en que gobernaban los jueces a las doce tribus de Israel, al pueblo de Dios hace. 3,200-3,020 a.C. Que vino una gran hambruna sobre las cuatro esquinas de la tierra y por tanto en Israel los ríos se secaron, los animales y ganado murió por falta de de agua y de alimento. Y un varón de nombre Elimelec, residente de Belen, de la tribu de Judá fue a morar, a vivir, a residir en los campos de Moab-Mo'ab-H-Mu'ab-G, èl, su esposa y sus dos hijos.
2) El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.
El nombre de aquel varón era Elimelec, el de su mujer, el de su esposa era Noemí y los nombres de sus dos hijos eran Mahlón y Quelión efrateos de la aldea de Efrata-Ephrata-H-de la ciudad de Belèn-Beth Lehem de Judá-Yehudá-H-Loudas-G-
3) Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,
Y aconteció que èl esposo de Noemi, de nombre Elimelec, estando sano y salvo de un momento a otro  murió y quedo ella viuda con sus dos hijos.
4) los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años.
Mahlón y Quelión, despuès de la muerte del padre de ambos, conocieron a dos jóvenes, a dos doncellas moabitas, con las cuales se unieron en matrimonio, el nombre de una era Orfa y el nombre de la otra era Rut y se quedaron viviendo diez años  en la ciudad de la cual ellas procedían, de los campos de Moab.
5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
sucedió que despuès de los diez años de matrimonio de los jóvenes Mahlón y Quelión con las doncellas moabitas Rut y Orfa, que ellos murieron sin acontecer ninguna enfermedad y o mal, quedando de está manera desprotegida, desamparada y sin protección de sus dos hijos y de su esposo.
En los tiempos bíblicos, cuando una esposa, cuando una mujer perdia al esposo, cuando èl moría, la viuda se quedaba sola, sin protección y desamparada pues el marido èl esposo era èl que sustentaba, el que llevaba los alimentos a la casa, al hogar, el que se encargaba de trabajar la chacra, la tierra, o en todo caso traficaba, comercializaba con mercaderia en las naciones y pueblos; en el caso de Orfa y de Rut era diferente porque ellas estaban jóvenes y podian aún casarse y tener familia.
NOEMI DECIDE REGRESAR A SU PUEBLO A JUDA.
6) Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.
Aconteció, que estando Noemí, con sus dos nueras, en el campo de los moabitas escucho hablar, decir un comentario de las mujeres moabitas que Jehová Dios de los Ejèrcitos, había visitado con provisión, sustentando con alimentos y pan a su pueblo, (Noemi había escuchado que Jehová su Dios y Dios de sus padres había provisto granos, cereales y trigo para sus hijos y los campos estaban verdes para su alabanza y los ríos fluian agua).
7) Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
Había llegado al fin el día y el momento de regresar a la tierra de sus padres, a la tierra de su ascendencia, de Abraham, de Isaac y de Jacob y el gozo de su salvación no cabía en su corazón y las tres mujeres comenzaron a caminar hacía la tierra de Judá,  sin poder encarar la realidad que les esperaba afrontar.
8 Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre; Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
Siempre existe tiempo para poder afrontar lo bueno y las malas circunstancias, y Noemí se paró en medio del camino y les habló con mucho amor pero tambièn con carácter y autoridad y les dijo: Vamos hijas vosotras han quedado viudas cómo yo, vamos es tiempo de què vosotras regresen a la casa de sus padres y que Jehová Dios de los Ejèrcitos a quien sirvo tenga con vosotras Misericordia, Gracia y Verdad y os de el premio porque habèis sido buenas conmigo y con mis hijos los cuales están muertos y en el descanso eterno.
9 Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,
Os conceda El Dios, Jehová de los Ejèrcitos, a quien sirvo los deseos de vuestros corazones la bendición, la felicidad y el descanso junto cada una de ustedes a vuestros esposos y maridos. Luego las tomó entre sus brazos las besó y ellas comenzaron a llorar abrazadas de Noemí.
10 y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.
Tanto Rut y Orfa respondieron al unisono. Noemí, ciertamente nosotras iremos contigo a tu aldea, a tu pueblo, a donde tu vayas.
11 Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?
Y Noemí respondió: Volveos hijitas mías con sus padre, a sus casas; ¿para que querèis venir conmigo? ¿Acaso yo tengo yo otros hijos que este criando? ¿O talvez estoy esperando el nacimiento de algún otro hijo para marido y esposo de ustedes?  
12 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,
Hijitas mías con mucha tristeza y dolor os digo volveos para atrás a la casa de vuestros padres, porquè yo ya soy una mujer vieja para tener la esperanza, la idea y la ilusión de tener esposo y aunque yo me mintiera y les dijera: Esperanza tengo y está noche estuviese con algún hombre que fuese mi esposo y aún tuviese hijos los cuales fuesen bebès y muy pequeños.
13 ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.
Hijitas lindas, vosotras ¿habíais  de esperarlos hasta que ellos crecieran y fuesen jovenès y grandes? Hijitas. ¿Ustedes habías de esperar a que ellos crezcan y se hagan hombres grandes y adultos por amor a ellos?  Ustedes no pueden esperar en la Ley del Levirato, porque yo ya no tengo más hijos, hijas la ley del levirato sería una obligación si yo tuviera más hijos grandes. Dt:25.5.
14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
Al escuchar la voz de Noemí, ambas muchachas levantaron sus voz otra vez y comenzaron a llorar quebradas, dolidas y llenas de tristeza y Orfa beso a la que había sido cómo su madre y su suegra y comenzó a caminar hacía el pueblo, hacía la ciudad y hacía la casa de sus padres, con un vació en su corazón; Más Rut no se movió del lado de la que fue su suegra.
Orfa, era una mujer de carácter debil y se desalentó con facilidad con mucha facilidad ante las palabras de su suegra Noemí.
NOEMI UNA MUJER SIN FE Y SIN ESPERANZA.
15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
Noemí, llena de tristeza y compungida por los acontecimiento y la separación de su hija espiritual Orfa; le dijo a Rut: Mira Rut tu cuñada, tu hermana está regresando a la ciudad y a la casa de sus padres, a sus tradiciones, rituales y paganismo y a sus dioses; tú tambièn anda, regresa, vuèlvete con ella a tus costumbres y a la casa de tus padres.
RUT UNA MUJER DE GRANDES CONVICCIONES Y DE FE.
16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
Respondió Rut, y le dijo a su suegra madre mía no me pidas, no me ruegues, ni me ordenes que te deje sola y me aparte de ti; porque a donde quiera que tu vayas, que tu camines yo irè y donde quiera que tú vivieres yo vivirè sea en una aldea, sea en una ciudad, en un pueblo, en el desierto, en el cerro o en la montaña porque tu pueblo será mi pueblo, porque tu raza sera mi raza y tu Dios Jehová de los Ejèrcitos será por siempre mi Dios.
17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.
Madre mía donde tu murieres, yo tambièn morirè y en ese mismo lugar tambièn serè sepultada y aún Jehová Dios de los Ejèrcitos en quien creo y sirvo me quitara la vida, solo la muerte nos podra separar.
18 Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
Noemí, había visto y escuchado la resolución y la decisión que tenía en su alma Rut, de no dejarla partir sola, sino que las dos hirian a Judá, por tanto se quedo callada, muda, si articular palabra alguna delante de la joven Rut.
19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
Y ambas mujeres tanto Noemí y Rut, apoyadas una con la otra comenzaron a caminar debajo del inclemente sol, hacía Judá, hacía la tierra de la provisión, hasta que llegaron a Belèn y aconteció, sucedió y ocurrió que cuando tanto Noemí y Rut entraron en la ciudad de Belèn, todas sus vecinas, todos los que una vez la habían conocido la reconocieron y dijeron. ¿Ella no es Noemí? ¡La que se fue a los campos de Moab!
LAS DECLARACIONES Y DECRETOS DE NOEMI SOBRE SU VIDA.
20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, a sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
- Muchas veces nosotros somos grandes insensatos y nos cubrimos de decretos y Declaraciones malas de pobreza, de necesidad, de enfermedad, de desnudez, de soledad, de abandono y muchas veces de muerte y Noemí era experta en ello, ella fue la que perdió a su nuera Orfa y estuvo a punto de perder a Rut y lo peor de todo es que ella le echaba la culpa de sus circunstancias, de todo lo que le había pasado a ella, a su esposo y a sus hijos.
Y al pasar, al caminar por las calles de su pueblo ella les respondía, les contestaba a las vecinas y conocidas que la saludaban, no me volváis a llamar por el nombre de Noemí, con el cúal me conocieron, desde ahora por favor comenzad a llamarme Mara; porque en gran amargura, en gran tristeza, en grande soledad y necesidad me puesto Jehová Dios de los Ejèrcitos.
21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
Y ante las personas que la reconocían y la saludaban, Noemí respondia sin entendimiento, sin inteligencia y sin discernimiento: Yo me fuí a la tierra de los moabitas, a sus campos llena con un esposo de nombre Elimelec y con mís dos hijos llenos de vida, mí vida estaba llena de esperanza, de anhelos, de convicción y de fuerzas para luchar por la vida, pero El Dios a quien sirvo me ha devuelto a Judá con las manos vacías, sin esposo, sin hijos y sin fuerzas, ¿ Porque pues me llamáis Noemí ? Ya que Jehová Dios de los Ejèrcitos a dado testimonio contra mí de pobreza, de necesidad, de soledad y El todo Poderoso me ha hecho regresar pobre, desventurada, afligida y avergonzada porque El me ha afligido y me ha turbado hasta el alma.
Noemí, estaba equivocada completamente porque Dios, no turba, ni empobrece, aflige, enferma  y averguenza, es èl Diablo y Satanás quien hace todo eso porque odia al pueblo de Dios, al creyentes y a los que le sirven al Señor.
22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.
De está forma regreso, volvió Noemí a las tierras de Judá y junto con ella Rut la moabita la cúal dejo todo por seguirla cómo padre, madre, Família, sus amigos,  conocidos, sus costumbres y todo su acervo cultural y social.
Noemí, no si dio cuenta de la gran bendición de tener a su lado a su nuera,  la que había sido esposa de su hijo, Jehová Dios de los Ejèrcitos, la había Visitado y ella no se había dado por enterada y solo salian de sus labios reproches en vez de agradecimientos al Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

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