SEÑOR ENSEÑANOS A ORAR.
INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por titulo. Señor Ayudanos a Poder Orar. Han pasado más de dos mil años y sin embargo las palabras de los díscípulos aún están presentes entre los valles, colinas, desiertos, ciudades, aldeas y pueblos de Israel y aún más todavia porque se estan escuchando y sintiendo vividamente en las calles, en los templos, en las casas plazas, parques y salen nitidamente por las bocas de los predicadores, pastores, apóstoles, profetas y ministros que predican el Reino de los cielos. Y dice. Señor Jesús enseñanos a orar, Señor Jesús ayudanos a orar, Señor Jesús danos espíritu de oración para poder vencer. Somos varones, somos hombres de oración que amamos el tiempo de oración, de doblar rodillas, el tiempo en que nos humillamos Delante de la Santa Presencia de Nuestro Dios y Creador sin embargo las circunstancias de la vida, las emociones, los conflictos, nuestros sentimientos con nuestros seres queridos, esposa y familiares, los ataques del maligno en contra de nuestras vidas y nosotros dejamos de orar y de buscar El Santo Rostro de nuestro Buen Dios y del Señor Señor Jesucristo.
Y al igual que ayer los discípulos, los doce o los once le pidieron ayuda al Señor de los Señores Jesucristo con estas palabras. Señor Jesús enseñanos a orar, nosotros tambièn lo podremos hacer diciendo desde los altares, iglesias y casas. Señor Jesús fortalecenos para poder orar.
DESARROLLO.
Lucas:10.1. Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discipulos le dijo: Señor ensèñanos a orar, como tambièn Juan enseño a su discípulos.
El Señor Jesús, era un varón de oración y en aquella tarde El había estado orando al Padre que está en los cielos y con toda seguridad ya había terminado y de repente se acerco uno de sus siervos, de sus apóstoles, de sus discípulos, de sus ministros y le pidió: Señor Jesús enseñanos a orar a todos sus discípulos, con toda seguridad que El Señor les enseñara en más de una oportunidad a orar y acerca del valor y de la necesidad de orar, recordemos pues que estamos en el capitulo once de los veinticuatro capitulos que tiene el evangelio de Lucas.
Cuando nosotros nos convertimos a la fe, al evangelio de salvación, nadie nos enseñó a orar, nadie nos dirigió en oración, en lo único que nos dirigieron fue en la Oración del Pecador, de la misma forma tampoco nosotros no enseñamos a las nuevas almas a orar, ellas aprendieron a orar solas, incluyendo a nuestro hijos e hijas ellos tambièn aprendieron a orar solos o solas pues escuchando se aprende entonces tratemos de interpretar el texto fuera de sus contextos bíblicos y literales y vayamos al contexto espiritual.
SEÑOR JESUS ENSEÑANOS A ORAR.
Santos y amados de Jehová Dios de los Ejèrcitos, vayamos pues a la tierra santa y acompañemos al Santo Cordero de Dios. El Señor Jesús ya había terminado de orar, estamos atravesando el segundo año del ministerio Glorioso del Mesías y de repente se acerca uno de sus apóstoles y le pide con estas palabras. Señor Jesús enseñanos a orar al padre que está en los cielos. Es imnegable y increible que El Señor Jesucristo no le hubiera enseñado a orar a sus discípulos, a dirigirse al Santo Padre que está en los cielos sabiendo que no tenía mucho tiempo en la tierra para estar con sus amados siervos, vayamos pues pues al tipo de trabajo que habían tenido sus discípulos y apóstoles y eran de trabajo duro, de mucha fuerza, de mucho esfuerzo y no eran hombres, varones de dejarse guiar por la imitación, por el ejemplo y doblarse de rodilla y ponerse a orar. Y de repente uno de ellos le pidió al Señor. Señor Jesús ensèñanos a orar y podriamos creer que existe una contradicción entre el pedido del apóstol y la respuesta y enseñanza del Señor, lo que el discípulo quiso decir fue en el contexto espiritual. Señor Jesús ayudanos a poder orar al Padre, fortalecenos espiritualmente para que nosotros podamos doblar nuestras rodillas a Dios, echa fuera de nosotros toda debilidad y que nosotros clamemos a Dios en todo momento sabiendo que El nos está escuchando, ensèñanos de la misma forma como Juan enseño a sus discípulos a orar y nosotros podamos ser ganadores y victoriosos.
Ellos estaba fortalecidos con la Presencia del Señor Jesús en sus vidas, estaban fortalecidos con la Santa Palabra de Dios que escuchaban día tras día, ellos estaban hidratados con El Agua de la Vida en Persona; pero ellos sabían que su Amado Señor y Salvador tendría que morir y que con toda seguridad seria de muerte de Cruz y que se quedarian solos como ovejas sin Pastor, sin Guia y que ya no volverian a ver más al Señor Jesús y esto los desalentaba y los debilitaba, pero ellos habían tomado la decisión de crecer, de madurar y de fructificar junto al Rey de Reyes y Señor de Señores, por eso fue su petición.
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