TOMAS EL INCREDULO.
INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por titulo. La Incredulidad de Tomás. Como es de vuestro conocimiento Santos de Jehová Dios de los Ejèrcitos, tambièn era conocido o llamado como Didimo, el mellizo, èl gemelo con toda seguridad porque tenía un hermano mellizo, fue uno de los doce discípulos llamados por El Señor Jesús, al santo ministerio y a la obra de Dios, Tomás es conocido como èl incrèdulo, èl desconfiado, èl escèptico, èl ateo por no haber aceptado ni creído al testimonio de sus hermanos en la fe, cuando le dieron las Buenas Nuevas acerca de la resurrección del Señor Jesús.
DESARROLLO.
* Sin embargo Judas Tomás llamado Dídimo, uno de los doce discípulos que habían sido llamados por El Señor Jesús, para servir en el ministerio de la predicación del Evangelio y de la Cruz, no estaba presente en la casa de Pedro, junto con los demás apóstoles y santas mujeres, cuando El Señor Jesús vino a ellos. (Los discípulos estaban con temor, con miedo a los judíos a que los fariseos, saduceos y sacerdotes los hicieran tomar presos, terminaran en la cárcel y posiblemente muertos, es por este motivo que todos se encontraban escondidos) Tomás llamado Dídimo en Griego, como la palabra Tau´ ma, arameo significan gemelo o mellizo, por lo tanto el nombre o la expresión Tomás, es una Tautología que al parecer elude mencionar el nombre verdadero de la persona.
25) Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creerè.
* Cuando Tomás, regresó a la casa donde se refugiaban los discípulos, los apóstoles le narraron, le contaron las cosas que habían acontecido, las maravillas acerca de la resurrección del Señor Jesús, como El, había vuelto a la vida despuès de tres días. Y le dijeron Tomás. Al Señor hemos visto, en este mismo lugar, en está misma casa, ahí en el lugar donde estás tu de pie. Tomás, El Señor ha resucitado de entre los muertos conforme a su Santa Palabra; ante estos acontecimientos de Poder de Dios y ante el testimonio de los apóstoles llenos de fe, de gozo, de alegría y de paz Tomás respondió rapidamènte. Hermanos míos, no voy a creer nada de lo que vosotros me estáis narrando, si no viere primero en sus Santas Manos la marca, la señal, la huella de los clavos y metiere mi dedo en el lugar donde antes estuvieron los clavos y aún para estar más seguro de ello, tendría que meter, tocar con mis propios dedos su costado herido por la lanza romana. No creerè nada de lo que vosotros me estáis diciendo si no hago eso antes, no creerè, no creerè.
26) Ocho días despuès, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús,
estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
* Habían pasado ocho días despuès de la primera visita del Señor Jesús, a sus discípulos y estaban reunidos todos juntos en el interior de la casa, Tomás tambièn se encontraba con ellos, de repente los cielos fueron abiertos y El Señor Jesús, èl Mesías, èl Rabbi, nuestro Salvador se hizo presente en el centro de la habitación y las puertas estaban cerradas y con todo El Amor de Dios les dijo. Paz a vosotros mancebos, corderos y siervos de mi Padre, que está en los cielos.
27) Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y mètela en mi costado; y no seas incrèdulo sino creyente.
* Luego mirando a Tomás, le dijo. Tomás, pon tu dedo en la heridas de mis manos, introduce, mete y palpa y aproxima tu mano a mi costado y mete, introduce tu mano en la herida de mi costado y amado Tomás, no seas incrèdulo, no seas pecador, ni ateo ni pagano sino creyente en El Dios Verdadero de Israel y en su Cristo, tu Salvador, Señor y Rey.
28) Entonces Tomás respondió y le dijo: Señor mío y Dios mío.
* Cuando Tomás escuchó la Voz de su Maestro y pudo verlo en su Majestuosidad, en su Grandesa, en su Hermosura, en su Belleza y Poder Eternal se postró, se arrodillo, se dobló de rodillas para adorarlo, para bendecirlo, para besar sus Santas Manos y sus Santos pies y para invocarlo y respondió diciendo. Señor Jesús, Señor mío y Dios mío, mi Rey, mi Salvador y la Vida Eterna. Perdona mi incrèdulidad, mis pecados, mis dudas, mis temores, mis miedos, mi soledad ahora sè que tú estás siempre a nuestro lado y que jamás nos vas a abandonar ni en está vida ni en la otra, ni en este siglo ni en la Eternidad.
29) Jesús le dijo: Porque me has visto; Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
* Al escuchar las palabras de Tomás, El Señor Jesús le dijo. Tomás porque me has visto parado frente a ti has creído y te has convertido en creyente, felices, benditos y bienaventurados los que sin haber podido ver mi resurrección ni mi Rostro creyeron.
Comentarios