LA BENDICION SACERDOTAL. Bircat Kohaním.
El Eterno habló a Moshé para decir:
Habla a Aharón y a sus hijos, para decir: así bendecirán a los hijos de Israel, diciéndoles:
El Eterno te bendecirá y te protegerá
El Eterno hará que Su semblante se ilumine hacia ti, y te agraciará;
El Eterno alzará Su semblante hacia ti y establecera paz para ti.
Ellos impondrán Mi nombre sobre los hijos de Israel y Yo los bendeciré.” (Bamidvar/Números 6:22-27)
Entonces, hay un precepto especial a los cohanim, que son los judíos descendientes de Aharon de bendecir al Pueblo de Israel. Esta bendición tiene lugar todos los días durante los rezos diarios. Los cohanim se paran en un extremo de la sinagoga, cubriendo sus manos y rostro con el talit(manto ritual de rezos), y entonan la bendición. El Jazan dirigente de los rezos, los acompaña ditandoles, pronunciando en voz alta palabra por palabra y ellos repiten luego de él.
Ahora correspondería de nuestra parte comprender un poco este pasaje, ya que no solo que es parte de nuestra Torá y tradición, sino que aparte es algo que a diario vivimos.
El Eterno dice: “…así bendecirán…”, es decir así y no de otra forma, estas palabras que abajo daré será la fórmula y no ninguna otra. Es decir no puede el cohen bendecir al pueblo como se le ocurra en el momento, sino que ya el Eterno le estableció un texto estipulado. Así es que si tanto hincapié se ha hecho, vamos a analizarlo un poco.
La bendición consta de 3 partes. La primer parte es:
1-“El Eterno te bendecirá y te protegerá
Te bendecirá: que tus bienes sean bendecidos. En hebreo el concepto de berajá/bendición implica la abundancia de algo concreto que sea benéfico para el recipiente. Por ello la mejor traducción de berajá es, quizás “prodigalidad” o “generosidad” implicando la abundancia de lo que se da. Aquí la abundancia de la que habla esta bendición se refiere específicamente a bienes materiales. (1)
Te protegerá: te protegerá de los bandidos y ladrones. Que aquella bendición que recibas en tus bienes no sea dañado por ningún malvivido. (2)
Sobre esto cabe preguntar: ¿es acaso ésta la bendición más adecuada con la que bendecir al Pueblo de Israel? ¿en bienes materiales? ¿No sería mejor tal vez bendecirlo que tenga crecimiento espiritual, en el estudio de Torá, el cumplimiento de los preceptos, el amor hacia Dios o parecido? Pero vemos que ante todo los cohanim son ordenados de preocuparse antes que nada por la cuenta bancaria del judío. Aquí la Torá nos enseño un principio muy importante. La base para cualquier bendición es lo material. Y no como es concebido en el cristianismo y otras religiones en la que la espiritualidad está desvinculada de lo material, donde se desconecta lo espiritual de lo terrenal. En el judaísmo la base para la bendición divina es la completitud en lo terrenal, lo físico, en este mundo. El jomer (la materia) es la base en la que reposa la kedushá (la santidad).
Y otro punto que podemos resaltar que aprendemos es, que si tú te preocupas por tu bienestar, en tu crecimiento espiritual disminuyendo la ocupación en lo material, algo que es apropiado para ti, cuando vayas a preocuparte por tu prójimo no lo hagas según tus propias exigencias. Cuando bendigas a tu compañero no te preocupes que quizás él, al aumentar en bienes le provoque una caida en lo material, eso déjatelo para ti. Para tu compañero preocúpate de su bienestar físico, económico, y social. Cuando te auto impongas exigencias (lo cual muchas a veces es muy bueno) hazlo solo sobre ti mismo y no le exigas al mundo el mismo comportamiento.
2- El Eterno hará que Su semblante se ilumine hacia ti, y te agraciará
Únicamente luego del equilibrio en lo material, en este mundo podemos pasar al paso siguiente, la espiritualidad.
“ilumine”– la palabra yaer/ilumine deriva del vocablo hor/luz. ¿De que “luz” estamos hablando que ilumine el Eterno a la persona? Con la luz de la Torá. Tal como dice: “Para los judíos hubo luz y alergía” (Ester 8:16).
Únicamente donde hay Torá es que “…hará que Su semblante te ilumine…”. Quien se avoca únicamente en lo material puede que si tenga berajá/bendición pero no estará el semblante de Dios con él. Solo aquel que también tiene Torá estará con el semblante del Dios. Por medio de la Torá obtendrá la gracia Divina, “… y te agraciará”.
Pero aún vemos que es dependiente, por decirlo así necesita aún de la luz del Eterno, de Su sostén. No posee aún la luz propia.
3- El Eterno alzará Su semblante hacia ti y establecera paz para ti.
Luego de la integridad en el ámbito de lo material y la espiritualidad: “El Eterno alzará Su semblante hacia ti”.
Pregunta el Talmud:
“!Señor del universo! En Tu Torá está escrito: “(El Eterno) no muestra favoritismo ni acepta soborno (Devarim/Deuteronomio 10:17)”, (literalmente “no alza el rostro”. En hebreo esta expresión significa favorecer) Sin embargo ¿acaso no muestra favoritismo al pueblo de Israel, como está escrito: “El Eterno te favorecerá”? (literalmente dice: “alzará Su semblante hacia ti”)
La clave está en que, el hecho que el Eterno “alzará Su semblante hacia ti” no es por los actos realizados por la persona, los hechos técnicos, sino por su segulá/singularidad, es la riqueza de sur ser que se logra exteriorizar en su máxima expresión a través de la integridad entre este mundo y el mundo espiritual que llega el individuo al más alto peldaño, en la que el Eterno lo favorecerá. No quien vive el kolklore judío, no quien trata de vivir su vida pagando distintos impuestos al Eterno, reza y se coloca los tefilín incluso estudia regularmente Torá, pero solo para dejarlo vivir luego su verdadera vida, paga el tributo concurriendo a la sinagoga y con sus mecánicos comportamientos, no quien desvincula a Dios de este mundo.
Sino que aquel que logra unir estos dos mundos, quien revela la divinidad que se encuentra en la materia, quien vive a través de la Torá, el que ilumina a través de su vida, es aquel que recibirá el semblante de Dios.
Contesta el Talmud:
“Y acaso no he de favorecer a Israel-Dios le respondió-siendo que Yo les escribí en la Torá:”comerás y te saciarás y (entonces) bendecirás al Eterno tu Dios” (Esto implica que solamente están obligados a recitar la bendición por el sustento –Birkat Hamazón, po el pan cuando se hayan saciado completamente, no antes.) Y, sin embargo, ellos son estrictos consigo mismos al punto tal de obligarse a recitar la Bendición por el Sustento incluso por la ingestión de las medidas de un kezait o kabetzá de pan”(Berajot 20a)(3)
Un kazait, literalmente “como una aceituna” equivale aproximadamente a 28 gms, y una kabetzá, literalmente “como un huevo” a 56 gms. El Talmud entonces responde que aquel que aún no se sació de todas maneras es agradece bendiciendo el Birkat Hamazón se hace meritorio del favor Divino.
El Talmud nos dice: aquel que agradece aunque no esté escrito, ya que no se sació es quien recibe el “favoritismo”. En otras palabras aquel que comprendió la esencia del Birkat Hamazón y la realiza aún en casos no pronscriptos. Aquel que vive la Torá, no cumple únicamente lo que está escrito y no lo que no, no. Sino aquel que refleja la Torá en su vida, y su vida es espiritualidad es que recibe “Su semblante.
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