ALABANZAS AL SEÑOR JESÚS.

INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando en el siguiente tema que lleva por título. Alabanzas en el Cielo. Los ejèrcitos del cielo, es decir los ángeles, arcángeles, serafines, querubines, los veinticuatro ancianos y todos los que habitan en la Santa Presencia del Señor Jesucristo  caminan, viven y practican un codigo de reverencia, de respeto y de disciplina y en este servicio de reverencia y de disciplina tenemos una practica, una vivencia de alabanza a Jehová Dios de los Ejèrcitos y a su Cristo, estos seres angelicales y las almas de nuestros amados hermanos no pasan por momentos de frialdad, de tibieza, de sequedad y de vació espiritual cómo lo hacemos nosotros los creyentes cristianos evangèlicos y es por eso que en todo momento las legiones de ángeles y de siervos alaban, exaltan, glorifican, baten sus manos Delante del que Vive por la Eternidad.
PALABRAS DE ORACION.
DESARROLLO.
Ap: 19.1,6.
Después de estas cosas oí una gran voz de una gran compañía en el cielo, que decía: Aleluya: Salvación y honra y gloria y potencia al Señor Dios nuestro.
* Él apóstol Juán siguió mirando la revelación de la visión y después de la destrucción de la gran ramera, de la prostituta religiosa, de la caída de la Babilonia, el teologo escucho un gran coro de una gran compañía de ángeles, de un gran ejército de miles de miles de voces de santos, de creyentes que habían dormido creyendo en la promesa del Mesías para el pueblo de Israel, así  mismo de los que habían sido justificados y salvados por la sangre y meritos del Señor Jesús, en la cruz del Calvario, también de nuestros hermanos que habían dado sus vidas en la gran tribulación y esa gran multitud de siervos gritaban alabanzas a nuestro Salvador Jesucristo diciendo. Aleluya, Gloria al Cordero Santo de mi Dios, la Honra, el Poder, la Autoridad, la Potencia, el Señorio y el  Reinado es del Señor Jesús por siempre, por la Eternidad.
2 Porque sus juicios son verdaderos y justos; porque Él ha juzgado á la grande ramera, que ha corrompido la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella.
* Aleluya, por que sus juicios se han cumplido porque son justos, únicos y verdaderos, porque Él Señor ha juzgado a la gran embaucadora, a la gran ramera, a la que había embrujado al mundo con sus mentiras y idolatría, a la que corrompio con su fornicación y adulterio a reyes, a gobernantes, presidentes, a magnatarios, a ricos y a pobres, a gente humilde con su doctrina de demonios.
3 Y otra vez dijeron: Aleluya. Y su humo subió para siempre jamás.
* Y este gran ejército, está gran compañia de santos, de justos por la Santa Sangre del Señor Jesucristo, de creyentes gritaron a grandes voces. Aleluya, Gloria  Dios, alabanzas a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, por siempre. Y el humo de su tormento, de su condenación sé eleva, sube por siempre jámas para testimonio de los hombres y de las mujeres que habitan sobre la tierra.
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra, y adoraron á Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: Amén: Aleluya.
* El profeta Juán pudo ver, a los doce patriarcas ( Isacar, Judá, Leví, Rubèn, Simeón, Zebulón, Josè, Benjamín, Gad, Aser, Dan y Neftali) y a los doce apóstoles del Señor Jesucristo ( Simón, Andrès, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomè, Tomás, Mateo el publicano, Santiago hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo y Pablo.)
y a los cuatro seres vivientes, a los querubines, a los protectores de la Gloría de Dios, los cuales se postraron, se tiraron en el piso Delante de la Presencia de Jehová Dios de los Ejèrcitos y de su Cristo, en adoración y en alabanza, que estaba sentado sobre su Trono de Gloria y de Alabanza, diciendo amen y amen, aleluya porque tus Juicios han llegado y caído sobre la tierra y sobre la gran ramera, sobre esa maligna mujer que ha matado a tus santos y engañado a los moradores de la tierra con sus mentiras.
5 Y salió una voz del trono, que decía: Load á nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.
El apóstol Juan pudo escuchar una voz que decia, que mandaba con Autoridad desde el mismo Trono de Gloria: Alabad, bendecid, glorificad, exaltad  y servid a vuestro Unico y Buen Dios, vosotros todos sus siervos todos aquellos los que estáis sirviendo por toda la Eternidad, todos vosotros los que le temèis con alegría y gozo de corazón. (El que está ordenando, mandando es el mismo Señor Jesús que está a la derecha del Trono)
6 Y oí como la voz de una grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya: Porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso.
El apóstol Juan, sigue testificando que estaba escuchando cómo una gran voz de una gran compañía de creyentes que estaban alabando al Señor, y cómo el ruido de muchas aguas y cómo el ruido de grandes truenos, que decía: Aleluya, gloria a Dios, aleluya: Porque El Señor Reina, nuestro gran Dios todo Poderoso.

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