LA PROMESA DE LA LLUVIA TEMPRANA Y TARDIA.


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INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por titulo. La LLuvia Temprana y la LLuvia Tardía. La expresión lluvia temprana y lluvia tardía, es conocida en las labores agrícolas, en el campo, la siembra y la cosecha y con mucha mayor claridad son usados en las Santas Escrituras, para  hablar, testificar y revelar todo lo concerniente al derramamiento del Espíritu Santo sobre los creyentes. Conociendo que nosotros somo solamente finitos en nuestra comprensión  Jehová Dios de los Ejèrcitos, en su gran sabiduría, Dios, decidió usar términos de la naturaleza para que su significado Divino, Celestial y Bíblico no se escape a nuestra sabiduría, incomprensión y inteligencia. En cualquier punto del planeta tierra, las temporadas de lluvia son determinantes para la agricultura. Además de las lluvias en su correspondiente estación habitual del año, había dos precipitaciones muy esperadas por los hombres encargados de la plantación.
La lluvia temprana que venía fuera de época, como el propio nombre lo indica, caía antes de la temporada lluviosa habitual. Esta lluvia servía para que el terreno que ya estaba preparado para la siembra quede blando y húmedo, muy apropiado para la manipulación necesaria, es un período de tiempo en que el agricultor espera que Dios envíe a la tierra, para que pueda sembrar; porque antes de que venga el tiempo de la lluvia temprana, el terreno en el cual se va a hacer la siembra está seco, duro y con malezas, y al venir la lluvia temprana el terreno se humedece, y el agricultor tiene un trabajo que realizar para promover el crecimiento de la buena semilla; el agricultor debe: Abonar y preparar el terreno con el arado, y la reja del arado rompe el terreno inculto, desarraiga las raíces de las malas hierbas, y una vez que el terreno está preparado.
Hace la siembra de la buena semilla. La semilla tiene en sí un principio germinativo, un principio que Dios mismo ha implantado, y para que este principio pueda actuar, el agricultor tiene que hacer su parte: arrojar la semilla en el terreno preparado, con la esperanza de recogerla multiplicada en una cosecha abundante. La semilla echada en la tierra humedecida capta la humedad y germina y en la superficie de la tierra aparece primero como hierba, pero la sola lluvia temprana es insuficiente para que la planta termine su crecimiento, por lo que el agricultor con paciencia debe esperar que Dios también le envíe la lluvia tardía. Por lo tanto, es importante entender, con la naturaleza, que con sólo lluvia temprana la planta no termina el crecimiento, ni alcanza la madurez. Se necesita de la lluvia tardía.
La lluvia tardía caía tardíamente, como su nombre lo indica, descendía después de la estación lluviosa habitual, de manera más suave, pero más abundante. Esta lluvia era la que permitía la floración, el crecimiento final del fruto, la maduración del fruto, es decir  era la lluvia que preparaba el fruto para la cosecha. La lluvia tardía hace que la planta que había empezado su crecimiento con la lluvia temprana termine su crecimiento.
Hace que la planta florezca, cae la flor y se queda el fruto, que en un principio es sólo como un brote. Luego el fruto empieza a desarrollar hasta alcanzar su madurez, luego que el fruto ya ha alcanzado la madurez, el fruto está preparado para la cosecha. Entonces, para que el agricultor pueda recoger el precioso fruto, necesita en primer lugar de la lluvia temprana, que es un período de tiempo para que pueda hacer la siembra de la buena semilla. Pero la lluvia temprana no basta para hacer madurar el fruto, por lo tanto se hace imprescindible la lluvia tardía para que el fruto pueda alcanzar la madurez.
DESARROLLO.
Dt:11.14. El dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite.
* El Señor Jehová Dios de los Ejèrcitos, está usando la forma como el agricultor espera la LLuvia Temprana y la LLuvia Tardía y pone, coloca como ejemplo a la tierra, recordemos pues que nosotros somos de polvo, ceniza y tierra, Jehová Dios de los Ejèrcitos habla. Y Yo darè a tu tierra, a tu campo, a tu sembrado, a tu vida y a tu ser la lluvia a su tiempo, la LLuvia Temprana la cual cual cayó sobre los Profetas, Sacerdotes y reyes, pero si pecaban contra Dios El Espíritu Santo regresaba al cielo, Yo dice El Señor darè de Mi Espíritu Santo a mis ungidos y los llenare, los saturare, los embriagare porque ellos caminan en mis Caminos y enseñan la Palabra y el Mensaje que sale de Mi Boca para Mi pueblo para los que Yo e llamado para ser santos Delante de Mi. El Vino que es extraído del fruto de la vid, es el tipo del Espíritu Santo de Dios, del cual nos debemos de embriagar, de emborrachar y llenar plenamente y así mismo el Aceite de oliva el cual es el tipo  de la llenura y de la unción del Espíritu Santo de Dios, el cual es derramado y se derrama sobre los creyentes. El libro del profeta menor Joel y el libro de los Hechos, nos hablan, nos testifican y nos revelan acerca del regalo de la LLuvia Tardía.
Oseas:6.3. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová: como el alba está aparejada su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.
* Oseas, profeta menor de Israel, está dando el Mensaje de parte de nuestro Amado Dios y nos dice. Y nosotros conoceremos,
proseguiremos, continuaremos en servir y conocer a Jehová Dios de los Ejèrcitos, de la misma forma como lo hicieron nuestros primeros padres Abraham, Isaac y Jacob, así como el alba aparece en cada madrugada de cada nuevo día y junto con el alba viene tambièn la LLuvia Temprana para que preparen la tierra para la siembra y la LLuvia Tardía, Jehová Dios de los Ejèrcitos, está revelando por intermedio de su profeta lo que vendría a los creyentes en El Señor Jesucristo, cuando El Señor mismo mandaría sobre nosotros la Promesa de su Santo Espíritu, del Consolador sobre los discípulos, apóstoles y iglesia. Nosotros somos tierra y obra de sus Santas Manos y con el derramamiento de su Santo Espíritu, El nos va capacitando, instruyendo y hacièndonos a la Imagen del Señor Jesús, para Gloria y Alabanza de su Santo Nombre, con su Santo Espíritu, El, nos alienta y nos fortalece en las pruebas y en las tentaciones, en los conflictos, en los golpes que nos da el Diablo, el Maligno El es El que nos sustenta y nos nutre de su Santa Savia, de su Santo Poder y Unción, El, es El que nos da de los Dones y nos llama al ministerio con Voz fuerte y sonora, porque El es Dios y nos Vivifica con El Nombre, los Mèritos y la Sangre del Señor Jesús.
St:5.7. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
* El libro o carta de Santiago fue escrita por èl hermano del Señor Jesús de nombre Santiago, tambièn conocido como justo, ya la LLuvia Tardía había descendido sobre los discípulos, sobre los apóstoles y la iglesia, ya se había derramado El Santo Espíritu de Dios sobre todos los creyentes gentiles y judíos, al parecer en el año 62 en que fue escrita está epístola nuestros hermanos en El Señor Jesús, se encontraban desalentados más que por la persecución, por el arrebatamiento y la Venida del Señor Jesucristo y es en este momento, en estas circunstancias en que El Espíritu de Dios habla por los labios de Santiago y da este mensaje. Pues ahora hermanos lavados y fortalecidos en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, tened mucha paciencia hasta la venida del Señor, hasta el momento en que El regrese por sus elegidos y santos, quitad de vuestros corazones todo desaliento, temor y debilidad hasta que seamos arrebatados hasta el tercer cielo, fijaos en el ejemplo que nos dan los agricultores, los labradores y peones de la labranza del campo, que una vez sembrada la semilla esperan hasta que está crece, se desarrolla y da su precioso fruto de la tierra, del campo, de la chacra y aguardan día a día la esperada lluvia temprana y tardía, para que la semilla germine, la planta crezca y se desarrolle y con el pasar de las semanas y meses dè su fruto, está es la figura natural y en lo espiritual es la promesa del derramamiento del Santo Espíritu de Dios que está cayendo sobre nosotros, sobre su iglesia. 
El Espíritu Santo sigue llenando nuestras vidas, sigue saturando nuestros cuerpos, nuestras vidas y personas de su Santo Poder, su santa unción y somos Templo, somos Casa, Edificio y Labranza del Espíritu Santo de Dios.

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