ESPIRITU DE JEZABEL EN LOS ALTARES.

I.

INTRODUCCION.

En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por titulo. El Espíritu de Jezabel en los altares. Es sabido que vivimos en este mundo aunque no somos de este mundo y en el mundo las jóvenes, las señoritas y mujeres se visten en una forma liviana enseñando sus carnes, sus senos, su espalda, sus glúteos, nalgas, sus muslos y piernas por supuesto que esto no es una practica, una regla general y común pero tenemos a las actrices de teatro, de cine y televisión  que si lo hacen y esto es debido a que ellas viven bajo el dominio, el control y el poder del Diablo y los demonios o espíritus inmundos de Jezabel que hacen que las mujeres tomen el control mediante la seducción, la pornografia y el sexo, santos y amados de Jehová Dios de los Ejèrcitos, estos tres demonios tanto de seducción, pornografia y fornicación trabajan con el demonio, con èl principado de Jezabel para dominar, apagar y destruir los planes de todo varón, de todo hombre que está en el entorno de estás señoritas.
Los creyentes evangèlicos somos imitadores como lo es el mono o repetimos lo que escuchamos como el loro, pero sucede que en nuestras iglesias, en un grupo reducido de ellas sobre la faz de la tierra, nuestras pastoras y esposas de pastores suben a los altares vestidas con ropas apretadas y enseñando parte de los senos y los muslos, cuando ellas son entrevistadas o dirigen algún programa de televisión religiosa, no ministerio evangèlico, ellas se sientan y enseñan los muslos, en su forma de vestir no existe decoro, ni reverencia al Dios a quien servimos ni tampoco respeto al siervo que está delante de ellas, las jóvenes, señoras y mujeres del mundo cuando esto sucede se bajan las faldas porque se sienten incomodas o avergonzadas, pero estas señoras creyentes, pastoras de iglesias y esposas de pastores no siente ninguna incomodidad por ello y esto se debe a que han sido embrujas, sometidas, embaucadas y seducidas por èl espíritu de Jezabel que las ha engañado y ellas han sometido a los pastores los cuales están oprimido espiritualmente.
                                                                                                                 

DESARROLLO.
I Reyes:21.6,10. El respondió: Porque hablè con Nabot de Jezreel, y le dije que me vendiera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y èl respondió: Yo no te darè mi viña. 
7) Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alègrate; yo te darè la la viña de Nabot de Jezreel.
* En el tiempo Antiguo Testamentario èxistio un rey èl peor de todos, su nombre fue Acab, un hombre sin personalidad, sin liderazgo, dominado por la mujer, sin carácter ni convicción ni fe casado con una hija de un rey pagano sidonio, acostumbrado a que la mujer, la hembra y la reina tomara las decisiones del reino y de la familia y lo resolviera todo fuera como fuera, Acab había tratado de adquirir, de comprar la viña, el huerto, la chacra de un buen hombre llamado Nabot de Jezreel, la cual se encontraba al costado del palacio-hekal, de la casa real, Acab había ido hasta donde vivía Nabor con la idea, con el pensamiento de hacer negocio con èl y de está forma adquirir y hacerse dueño de la viña, a lo cual Nabot le contesto que no se la venderia a èl jamas. Al escuchar la respuesta de Nabor regreso a su castillo, a la casa de gobierno triste, desalentado, derrotado, con ira, colerico y lo primero que hizo fue meterse en la cama y negarse a tomar, a comer alimentos y así lo encontró su mujer y a la pregunta de Jezabel sobre que era lo que le pasaba.
Acab comenzó a contarle todo como si fuera un pequeño niño, que es protegido por su madre. Acab era èl rey de Israel y como rey tenía otras ocupaciones mucho más importantes que estar sembrando y bueno si quería sembrar lo hubiera podido hacer tomando cualquier parte del valle de Jezreel, de la llanura de Esdrelón o cualquier cerro pero no, Acab quería todo fácil y listo, todo sembrado con las vides listas para comer o preparar vino y es muy seguro de Nabot tambièn tuviera vino preparado.
* Al verlo así Jezabel le dijo: ¿Que es lo que te está pasando? ¿Què es lo que te está molestando? Acab, dime ¿ Eres tú èl rey de Israel? Acab, ¡Tu eres el hombre fuerte de Israel!  ¿El reino-malkúth-H-malkú-A-basilèia-G, no está en tus manos? Y en tus manos está lo que tu deseas, quieres y anhelas solamente tienes que tomarlo sea por dinero o por la fuerza. Vamos levántate de la cama, come los alimentos que tienes a la mesa toma vino y alègrate de corazón y haz fiesta mi amor; porque yo tu reyna te dare el huerto, la chacra de Nabot de Jezreel para que la disfrutes. Pocas palabras para tan grande mal, pues con acusaciones falsas de falsos y perversos testigos llevo a la lapidación y muerte de Nabot.
I Reyes: 21.15. Cuando Jezabel oyó que Nabot de Jezreel había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y Toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto.

Se habían cumplido los planes y las órdenes de Jezabel-izèvel-izavel-izebel-izabel-H sobre la vida de Nabot-nábóth de Jezreel-yize' el, los supuestos hombres de Dios ancianos en la maldad, la corrupción, el crimen y el pecado habían hecho como ella había ordenado; las cosas habían transcurrido rapidamente, pues Jezabel era una mujer de acción, de armas tomar para el mal y Nabot había sido asesinado, muerto y destrozado por orden de está mujer ímpia; estos perversos hombres habían informado a Jezabel sobre los hechos y cuando ella lo supo corrió y le dijo a Acab: Mi amado Acab, levántate, toma un baño, vistete y anda a tomar posesión  de la parcela, de la viña, del huerto de Nabot de Jezreel, la cual èl no te quiso vender por dinero o cambiar por otra, Acab-ajab puedes hacer lo que quieras con ella porque te pertenece yo, lo arregle todo y ahora es tuya, ¿Sabes porque? ¡Porque Nabot está muerto! Yo lo hice matar y lapidar para que la viña-kerem fuera tuya y tú la disfrutaras, la poseyeras, te gozaras  y te beneficiaras de ella.
Como acabamos de ver Acab era un hombre sin carácter, sin autoridad, sin dominio sobre su mujer, sobre la reina Jezabel, no es que fuera un hombre cobarde, desde luego que no, pues era un hombre de guerra pero ante los encantos de su mujer, de su hembra, ante las cosas sexuales era debil, pues al parecer solo le agradaba, le gustaba estar encima de la reina, pues siempre se le encontraba en la cama durmiendo y descansando del placer carnal, en cambio Jezabel era la que estaba comprometida trabajando en hacer distintos clase de actividades  en el palacio, trabajos y maquinaciones malas. Es una forma como trabaja èl espíritu de Jezabel en el lecho, en la intimidad ella es la que toma la determinación, la decisión de tener relaciones íntimas con el esposo, estas relaciones sexuales con el esposo pueden ser cada noche para tener debilitado y oprimido por el placer de la carne al hombre o pueden ser tambièn mucho más distantes de a meses para llevar al pecado de adulterio al esposo.

Ap:2.20. Pero tengo una cosa contra ti; que toleras a esa mujer, Jezabel, que dice hablar de parte de Dios pero engaña con su enseñanza a mis siervos, incitandolos a entregarse a la prostitución y a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos.
* En la parte superior se destacaba los textos bíblicos sobre la Jezabel natural, en el siguiente texto del Ap: El Espíritu Santo de Dios, nos está hablando sobre el ser espiritual, sobre este principado, potestad y demonio llamado Jezabel, èl cual está operando en la iglesia primitiva y apostólica del Señor, este espíritu inmundo de las tinieblas está activo, está trabajando en las pastoras y lideresas de la iglesia, no es que vengan con falsas doctrinas y con fílosofías de demonios pero si con un fuerte dominio sobre el varón, sobre el esposo, sobre los creyentes sean estos varones o damas, siempre quiere tener la razón y ahora usan el dominio, el sometimiento, la sujeción y el predominio  sobre el esposo sea este creyente, pastor, ministro y  apóstol usando el sexo para poder lograrlo, siempre les agrada tomar las decisiones más importantes en la iglesia, en el ministerio y en el hogar.