LA REINA DE SABA Y EL HIJO DEL REY SALOMON.
INTRODUCCION.
En nuestra siguiente Parashat, estaremos meditando sobre el tema que lleva por titulo. La Reina de Saba y el hijo del rey Salomón. Según la tradición y la historia Etiope su nombre fue Makeda o la reina de Saba, conocida tambièn como la reina de los Sabeos y según el A. T. acudió a Israel porque le habían llegado rumores de la gran sabiduría del rey Salomón. La reina acudió a Jerusalén con numerosas preguntas sobre la religión y el culto que se le rendía al Dios que se había hecho conocer de Abraham, Isaac y Jacob patriarcas del pueblo de Israel. Es la historia de dos gobernantes, un varón y una mujer, ambos reyes de sus naciones, la historia está en las Santas Escrituras, ha sido narrado desde entonces por los Etiopes. Las Escrituras nos hablan de cómo la reina de Saba viajó a Jerusalén para conocer al rey Salomón. Durante su visita, Makeda preguntó al rey sobre Jehová Dios de los Ejèrcitos. La reina, asombrada por las respuestas y la sabiduría del rey y de su Dios, decidió adoptar para su reino la fe, la creencia, el servicio y la lectura de las Santas Escrituras en Jehová Dios de los Ejèrcitos.
Alrededor del 700 a.C., cuando el Imperio Asirio gobernaba Medio Oriente, el comercio prosperó en África y Arabia, las Escrituras testifican, revelan y enseñan que la reina llegó a Jerusalén con presentes y regalos para el rey Salomón: oro, incienso y colmillos de marfil, también conocidos como los grandes tesoros de África. En la antigüedad existían dos rutas comerciales muy importantes. Ambas pasaban por Egipto y conectaban África con Arabia. Una de ellas era la ruta de caravanas por el desierto y otra que sale desde el Mar Rojo. Según los jeroglíficos encontrados en el templo de la reina Hatshepsut, el incienso que había en Egipto provenía de la tierra de Punt. Sin duda para los historiadores, estas lejanas tierras corresponderían a la actual Etiopía. En Addis Abeba se conserva el Kebra Nagast o libro sagrado de los reyes, donde se recoge la historia de esta reina, como madre de Etiopía, y de todos los monarcas posteriores. El libro nos cuenta que la reina permaneció seis meses con Salomón y que de esa visita, surgió un romance entre ambos monarcas. De vuelta a Etiopía, la reina dio a luz al hijo de Salomón y le puso el nombre de Menelik, que significaba hijo del sabio. Menelik se convertiría en el rey de Etiopía, la leyenda etíope nos cuenta que Menelik, a su mayoría de edad, visitó al rey Salomón y le dijo que era su hijo. El monarca, que dudó del muchacho, le pidió una prueba que demostrase que era hijo suyo. El joven, le entregó un anillo de oro que Salomón le dio a su madre antes de volver a Etiopía como prueba de su amor por ella. Así pues, el monarca invitó a su hijo a quedarse en Jerusalén pero el corazón de Menelik pertenecía a África, La capital de la antigua Etiopía era la ciudad de Aksum, que floreció a partir del siglo I a.C. Recientemente se ha podido demostrar que formó parte del antiguo reino de Saba. De hecho, en el año 2008, un equipo de arqueólogos de la universidad de Hamburgo encontraron las ruinas del palacio de Makeda. La historia y la arqueología han demostrado la existencia de Makeda, una reina que gobernó desde las profundidades del desierto a una civilización rica y floreciente, que se extendía desde el sur de Arabia hasta el “cuerno de África”, con un importante comercio de productos exóticos y que adoraba a los dioses del sol, la luna y las estrellas y que posteriormente adoptó su fe en El Dios de Israel, en El Dios Jehová de los Ejèrcitos.
Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles.
2) Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas; y cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía.
3) Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.
4) Y cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,
* La reina de Saba había escuchado de la gran sabiduría y de la fama que ostentaba èl rey Salomón, gracias al servicio a Jehová Dios de los Ejèrcitos, entonces ella quiso conocerlo y escuchar de èl frente a frente y hizo la reina un largo viaje hasta Jerusalen, acompañada de un gran sèquito de siervos, de siervas, de doncellas las cuales le servián, la caravana estaba provista de camellos los cuales venián cargados con presentes y regalos para èl rey de Israel, de especies de Saba, del Africa, con ciento veinte talentos de oro puro, de piedras preciosas, de madera, de mirra y sándalo en grandes cantidades como jamas se ha visto en Israel y cuando ella estuvo frente a èl, ella le expuso todas las preguntas, todas las interrogantes he incógnitas que tenía ella en su corazón, èl rey Salomón respondió a todas sus preguntas con la verdad, con prontitud y seguridad sin que quedase una sola pregunta sen resolver, sin contestar; cuando la reina escucho todas las respuestas que ella le hacía, se quedo admirada de su gran sabiduría he inteligencia y apreció el palacio, la casa real y todo el acabado de ella, que èl rey había construido, que había edificado.
5) asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada.
6) Y dijo al rey: Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;7) pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.
8) Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.
9) Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.
De la misma forma le agrado, le complació, le gusto la forma de preparación de los alimentos, de las comidas, el mobiliario de las habitaciones de sus oficiales, la forma de administrar el reino de la nación de Israel, el vestido, el uniforme de los que servían, sus maestresalas y mucho más aún cuando èl ofrecia, entrega y presentaba holocaustos delante de la Presencia de su Dios, delante de Jehová de los Ejèrcitos, en su templo, en su Casa de oración; y la reina se quedo conmovida plenamente ante todo esto y dijo: Es verdad todo lo que había escuchado en mi tierra, en Saba, acerca de tu sabiduría, entendimiento, ciencia, inteligencia y concejo; pero perdoname rey Salomón porque yo no creí que fuera verdad, todo lo que había escuchado acerca de tu sabiduría y de tu fama, hasta que mis propios ojos han visto y han apreciado que ni siquiera me habían dicho la mitad de todo lo que he visto, escuchado y vivido en la tierra de Israel; benditos y bienaventurados son tus siervos, tus hombres, tus vasallos y soldados que están continuamente delante de ti y pueden llenarse de tu sabiduría en todo momento; Jehová El Santo de Israel, sea bendito en todo tiempo que se agrado de ti y ungió y te instalo en el trono de Israel, porque Jehová ha amado ha Israel y ha su siervo David tu padre y te a puesto por rey y soberano para que hagas justicia, verdad y derecho delante del pobre y del rico.
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