LA DECADENCIA DE LA RELIGIÓN EVANGELICA.




A mediados de la década del 1970 y a principios del 1980, comenzó a hablarse de que la religión evangélica estaba en crisis. Los líderes religiosos de las denominaciones más prominentes rieron y lo negaron. Sin embargo algunos ministros (de los muy ancianos) que habían vivido viendo como dos grandes guerras mundiales devastaban al mundo, y como las nuevas administraciones gubernamentales tendían a eliminar el cristianismo de los sistemas educativos y como borraban el Nombre del Señor Jesús de toda buena enseñanza moral, fallecieron alertando a la Iglesia, escribiendo libros acerca de la crisis religiosas que harían mucho daño a la Iglesia.
Varios libros fueron escritos durante esos años, la mayoría fue eliminada de las librerías cristianas y obviamente muy pocos los han leídos.
El siguiente texto, mencionado en muchos libros, nunca había tenido tan exacto cumplimiento como el de esta época.
2 Pedro 2 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Las afirmaciones de una crisis se debían a que muchas denominaciones (bautistas, pentecostales, anglicanos, metodistas, episcopales, presbiterianos, luteranos, calvinistas, etc.) se comportaban ya como empresas con fines de lucros, comercializando literalmente con las personas (2 Pe 2:3). Las instituciones religiosas comenzaron a pedir grandes préstamos bancarios, se unieron al poder estatal; Se vincularon con partidos políticos, obtuvieron recursos y promovieron leyes de regulación religiosa (ley de culto en cada país), pusieron en sus “templos” banderas de cada país, abrieron escuelas religiosas con grados y títulos académicos avalados por los estados, promovieron la titularización y la jerarquización y comenzaron a mendigar dinero de las masas congregacionales, a solicitar cuotas (diezmos y ofrendas) “facturando” los servicios religiosos y los gastos edilicios e institucionales.

Pero lo peor fue que las denominaciones evangélicas comenzaron a extraviarse de los principios de sus fundadores y le dieron la espalda a las Escrituras y corrompieron los ministerios y servicios de la Iglesia; Eliminaron las predicaciones bíblicas y comenzaron a hablar de prosperidad y de autoestima y hacer que la congregación piense en carne y en dinero; Eliminaron el discipulado e inventaron falsos ministerios como el de la música cristiana, las danzas y las payasadas; Eliminaron la oración y la adoración y promovieron los shows, los espectáculos, los recitales; Y abrieron un poderoso mercado religioso que años tras años factura millones y millones de dólares enriqueciendo a unos pocos empresarios religiosos autoproclamado “líderes cristianos”, mientras que la religión evangélica blasfema el Camino de la verdad (2 Pe 2:2).
o, al realizar un minucioso análisis de las diferentes encuestas realizadas en los últimos treinta años en el ámbito religioso, puede verse que de todas las religiones supuestamente “cristianas”, la que está más desacreditada, la que se considera como la peor de las religiones, es la religión evangélica, la mayoría está acusada de ser estafadora, fraudulenta, mentirosa, ladrona, evasora de impuestos, ecuménica; Y es la religión en la que los líderes religiosos más famosos son desenmascarados por pecados aberrantes tales como adulterio, fornicación, consumo de pornografía, inmoralidades sexuales, drogadicción, alcoholismo, avaricia, falsas doctrinas o falsas profecías u otros vicios desagradables.
Es lamentable ver como mediante los medios de comunicación, sobre todo en internet, se presentan pruebas contundentes de líderes religiosos cometiendo abominaciones y luego piden perdón para seguir con sus crímenes.
Aún las corrientes más radicales, no han podido sostener las banderas o denominaciones evangélicas que más influencias han tenido en estas décadas. Muchos consideran que hacen faltan cambios en la administración principal, de nada sirve hablar de radicalismo si las instituciones siguen vinculadas al estado, promoviendo las escuelas y poniendo banderas, escudos en sus locales y por sobre todo tratando de mantener ese formato medieval protestante que no es muy bíblico.
A la luz de tanta apostasía, es evidente que el Señor Jesús no está operando en las religiones; El “evangelio” de las religiones ya no tiene efectos, está desacreditado. Y tanta corrupción a puesto a la Iglesia misma en un estado grave ante el Señor Jesús.
Tal parece que la exhortación “te vomitaré de mi boca” (Ap 3:16) está convirtiéndose prácticamente en una afirmación.
podemos confirmar lamentablemente de ya no se trata de una crisis sino de una terrible decadencia. 
Cristianos defraudados
Tantos cristianos, que mediante predicaciones de muchos predicadores de reconocimiento y popularidad, dicen haber encontrado la genuina fe, la verdadera iglesia, la sana doctrina o la verdad, para posteriormente ver a sus mismos maestros expuestos por sus horrendos pecados. Algunos ni siquiera saben que hacer con los libros comprados, con tantos videos publicados, con tantas afirmaciones de que eran “siervos de Dios”, o con tantos videos o con las fotos que se sacaron con los que hoy son considerados avaros, adúlteros, fornicarios, inmorales o perversos. La vergüenza ajena ha quedado plasmada en la vida de muchos cristianos.
Muchos “cristianos” no se aferran al Señor Jesús, se aferran a la vida de los ministros religiosos y cuando estos caen, los cristianos defraudados experimentan un terrible decaimiento espiritual, pierden muchas de sus prácticas cristianas como la oración y la lectura, algunos buscan una falsa sensación de que todo está bien, que pronto se repondrá, pero la verdad es que en poco tiempo se convierte en un desertor y lo que antes defendía se vuelve en su contra y la desazón lo lleva a la deserción y al abandono. Muchos terminan enredados en vicios del pasado, o en una vida pecaminosa que nunca se hubieran imaginado.
¿Que deben hacer los genuinos cristianos?, ¿Seguir en la institución o salir de ella?
Muchos piensan que salir de la institución religiosa, es salir de la Iglesia, y estiman eso por la pésima influencia religiosa que mediante sus doctrinas preconcebidas le han hecho creer al cristiano que la Iglesia es un espacio físico de paredes pintadas con cruces o paisajes, con adornos y sillas, o porque tenga un cartel que dice “iglesia” sea eso la iglesia. Si el cristiano dejara de lado tantos falsos eventos religiosos y se dedicara a la lectura bíblica y a la oración cotidiana, entendería que el concepto que tiene de Iglesia no tiene nada que ver con el declarado en las Escrituras.
En esta última década ha habido un alto grado de deserción en las congregaciones evangélicas; En muchos países el índice supera el 52%, es decir que más de la mitad de “cristianos” bautizados en una congregación evangélica en dos o tres años ya no participa ni visita a la Iglesia que lo bautizó. Del resto existe también un buen porcentaje de “cristianos” que rebota de congregación en congregación o de denominación en denominación buscando aquella que le parezca no más bíblica, sino más cómoda.
Quizás para comprender bien esta afirmación, cada cristiano debería evaluar el estado de su congregación, es decir, ver cuanto de los inscriptos como miembros participan de las reuniones, cuantos se van, cuantos entran circunstancialmente o temporalmente, o también cuantas veces ha cambiado de congregación por no sentirse a gusto o por alguna circunstancia. Esperamos que los mismos lectores sepan apreciar cuan acertadas están las estadísticas y de ser así, estaría demostrando que realmente la religión evangélica está en decadencia.
¿Qué hacer?. Si crees en el Señor Jesús y tu fe no está basada en argumentos y posturas religiosas, ponte a orar y toma las riendas de tu vida cristiana; Quita de tí la denominación y las banderas religiosas, quita de tí las falsas doctrinas, incluyendo las doctrinas preconcebidas; Deja de seguir a hombres; Aprende de muchos cristianos genuinos que deciden abrirse de las instituciones religiosas sin abandonar la Fe, volviéndose al modelo bíblico de congregación. Hay muchos que comprenden estos tiempos de apostasía y se concentran y se preparan para la Venida del Señor Jesús. 
Muchos grupos cristianos independientes están surgiendo, muchos que buscan el “primer amor” y las “primeras obras”; Muchos cristianos luchan por su familia, abren sus casas y las convierten en “Iglesias en casas”, “predican en las calles”, “discipulan bíblicamente”, y lo mejor es que lo hacen sin establecer organizaciones, sin vincularse con el estado, sin relacionarse con la caída y perdida religión evangélica.
Es tiempo de despertar, tiempo de tomar decisiones difíciles, es tiempo de cambio, tiempo de analizar bíblicamente a las congregaciones, orar y pedir al Señor como hacer para continuar la genuina vida cristiana hasta su Venida.
Este panorama me recuerda a la parábola de las 10 vírgenes, cristianos que están despertando de su sueño religioso y se preparan para recibir al Señor Jesús, mientras que el resto sigue luchando por una institución que se está cayendo como torre de naipes.
¡DESPIERTEN CRISTIANOS!, ESCAPEN DE LAS RELIGIONES EVANGÉLICAS, ESCAPEN DE LAS DENOMINACIONES, HUYAN DE LAS INSTITUCIONES, no sea que te vomiten juntamente con ella.
2 Tesalonicenses 2
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición
Romanos 13 11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

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