LAS SETENTA SEMANAS DEL PROFETA DANIEL.
INTRODUCIÓN.
En nuestra siguiente Parashat esteremos meditando sobre el tema profetico de las Setenta Semanas de Daniel y su gran relación con el pueblo Judio gentil de nuestros días.
PRIMER ACONTECIMIENTO
Sabemos que, después de la muerte de Salomón, Israel se convirtió en un reino dividido, diez tribus emigraron hacia el norte y establecieron su capital en Samaria; las otras dos se marcharon hacia el sur y se establecieron en Jerusalén (su capital) y en sus zonas circundantes. Durante este periodo, a las tribus del norte se les dio el nombre de Israel, y el grupo del sur, Judá. Israel fue invadido por los Asirios (Nombre que recibieron los de la parte norte de la antigua Mesopotámia y que actualmente se conoce como Irak), esto sucedió en el año 722 A.C., pero la tierra de Judá fue invadida hasta el año 586 A.C. por Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien invadió a Jerusalén (y a toda Judá) y llevo cautivo a su pueblo dando comienzo a la llamada “Cautividad en Babilonia”.
El relato bíblico de esta última invasión se registra en 2ª Crónicas 36: 17 y 19: “Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos (Caldea era la parte sur de Mesopotamia), que mato a espada…” (v 17 ) “y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables” (v 19); Sin embargo el versículo 20 agrega algo mas: “… hasta que vino el reino de los Persas.”
En relación a esto, los libros de historia de civilizaciones antiguas nos relatan que en el año 549 A.C., Ciro se pudo titular rey de los Medas y de los persas y que, después de un período de anarquía, Darío ascendió al trono. También nos narran como el rey Baltasar, hijo de Nabucodonor, fue vencido por los persas en el año 539.
El libro de Daniel menciona lo que se expresó anteriormente en el capitulo 5 versículo 28 cuando se le dice a Baltasar: “… tu reino ha sido roto y dado a los Medas y a los Persas” y en el versículo 31 dice: “y Darío de Media tomó el reino”; por tal razón, Esdras 4:5 habla de Ciro y de Darío como reyes de Persia (La región de los Medos y los Persas es el actual Irán, los primeros se establecieron en la parte norte y los otros en la parte sur)
Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro, rey de los Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra (sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios, colonias griegas, Egipto); y él (Jehová) me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que esta en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.” El cumplimiento de este primer acontecimiento se da tal y como lo narra Esdras y Nehemías, quienes se encargaron de reedificar.
SEGUNDO ACONTECIMIENTO
Si sumamos a las primeras 7 semanas las 62 de este segundo acontecimiento hacen un total de 69, es decir 483 años. Al final de este tiempo sucederá lo siguiente: “… después de las sesenta y dos semanas (para un total de 69), se quitara la vida al Mesías…y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad (Jerusalén) y el santuario (Templo)…” (Daniel 9:26). Jesucristo cumplió esta profecía al morir en la cruz del calvario y también profetizo la destrucción del templo cuando dijo: “…no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada” (Mateo 24:2) cumpliéndose en el año 70 D.C. cuando el general Tito (Romano) destruyó el templo de Jerusalén; y por tales razones, podemos afirmar que se han cumplido los dos primeros acontecimientos descritos en las 69 semanas.
TIEMPO DE LOS GENTILES
Israel se endureció y rechazaron al mesías, tal como lo leemos en Juan 1:1 “A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron” por lo cual Dios empezó a tratar con el pueblo gentil. Isaías 65:1 declara: “Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí” y Hechos 15:17 dice: “para que el resto de los hombres busque al señor, y TODOS LOS GENTILES, sobre los cuales es invocado mi nombre” dándose a entender, por la escritura, que Dios trataría con nosotros los gentiles.
El apóstol Pablo aborda este tema en Romanos 11:25 diciendo: “…que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA QUE HAYA ENTRADO LA PLENITUD DE LOS GENTILES”, entendiéndose que Dios volverá a tratar con Israel hasta que se complete el número de gentiles (refiriéndose a todas las naciones, excepto Israel) que han de participar de la salvación “y luego TODO ISRAEL SERÁ SALVO…” como se expresa en el versículo 26 del capítulo 11 de la carta a los Romanos.
El tiempo para el pueblo judío se ha detenido en la semana 69, abriéndose un paréntesis en el cual se escriben los tiempos de los gentiles, la era de la iglesia, la dispensación de la gracia. Lucas 21:24 dice: “… hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”, es decir, cuando “entre la plenitud de los gentiles”; mientras esto no suceda el reloj de Dios se ha detenido. Se puede decir, que para Israel, el tiempo ha dejado de correr por más de 2,000 años; pero para nosotros (los gentiles) no corre el tiempo, tarde o temprano puede terminar la dispensación de la gracia e iniciar la semana setenta con la cual, el reloj de Dios, volverá a marcar el tiempo para los judíos. El tiempo de los gentiles llega a su fin con el arrebatamiento de la iglesia, “porque el señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17) ya que se completa el número de gentiles y la iglesia se va con Jesucristo.
INICIO DE LA SEMANA SETENTA
El arrebatamiento de la iglesia trae, como consecuencia, la manifestación del anticristo para dar inicio a la última semana de la profecía de Daniel. El apóstol Pablo dice que se manifestará “el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2Tesalonicenses 2:3), pero también expresa: “…sabéis lo que lo detiene…” (2Tesalonicenses 2:6) refiriéndose a la iglesia de su nombre, quien está llena del poder del Espíritu Santo; sin embargo, después que la iglesia sea levantada “para recibir al señor en el aire” aparecerá el anticristo.
En Apocalipsis 6:2 Juan miró “… un caballo; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer” representando, en forma simbólica, la aparición del anticristo, quien con un arco sin flecha (sin arma, sin guerra) sale venciendo, y mediante un pacto, triunfa imponiendo la paz. Daniel es quien lo expresa diciendo: “y por otra semana confirmará el pacto con muchos…” dando inicio, con esta escena de paz mundial, la semana número setenta de la profecía que se encuentra en el versículo 27 del capítulo 9 del libro de Daniel. El tiempo para Israel empieza a correr, son los últimos siete años, y los sacrificios y ofrendas se ofrecen en el templo que ha levantado, una vez más, el pueblo judío.
A la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio, Satanás es expulsado del cielo. En relación a esto Apocalipsis 12:10 dice: “…ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”, también se nos menciona: “…ha descendido a vosotros con gran ira, SABIENDO QUE TIENE POCO TIEMPO” (V12), Satanás sabrá que solamente le quedarán otros tres años y medio, y cuando descienda a la tierra tomará posesión del anticristo, cumpliéndose en su plenitud lo que Pablo llama “el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2:7).
I Tesalonicenses dice: “que cuando digan: Paz y seguridad entonces VENDRÁ SOBRE ELLOS DESTRUCCIÓN REPENTINA”, paz y seguridad que estableció el anticristo al inicio de la semana setenta, pero la destrucción repentina está relacionada con el segundo sello de Apocalipsis 6:4 “y salió otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de QUITAR de la tierra la PAZ… y se le dio una gran espada” simbolizando la guerra que traerá consigo, no solamente el fin del pacto de paz, sino también hambre, peste y mortandad.
Daniel 9:27 dice: “A la mitad de la semana hará (el anticristo) CESAR EL SACRIFICIO Y LA OFRENDA”, también Daniel 11:31 dice: “y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, Y QUITARÁN EL CONTÍNUO SACRIFICIO Y PONDRÁN LA OBOMINACIÓN DESOLADORA”, dándose a entender que con la invasión de las tropas del anticristo, el cual es llamado la bestia en Apocalipsis, se le dará autoridad para actuar los últimos 42 meses o tres años y medio (Apocalipsis 13:5).
DIOS TRATARÁ CON ISRAEL
En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días (42 meses, tres años y medio), vestidos de cilicio” (La mayoría piensa que son Moisés y Elías) y en el versículo 7 dice: “cuando hayan acabado su testimonio…”, es decir que vienen a dar testimonio y a profetizar durante ese último tiempo. Jesús dijo: “y será predicado este evangelio del reino (El milenio) en todo el mundo PARA TESTIMONIO a todas las naciones; y entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo 24:14). Nuevamente el evangelio del reino, la venida del Mesías para reinar durante mil años, será predicado tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo 3:2).
En Apocalipsis 7:4 se menciona a los primeros judíos que despiertan y abren sus ojos para unirse a dar testimonio de Jesús, el Mesías, su salvador: “y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados DE TODOS LAS TRIBUS DE LOS HIJOS DE ISRAEL”. La Biblia dice que “…estos fueron redimidos de entre los hombres como PRIMICIAS PARA DIOS Y PARA EL CORDERO”.
Mientras esto ocurre, Satanás “con lisonjas seducirá a los violadores del pacto…” (Daniel 11:32) “…más el pueblo (Israel) que conoce a su Dios se esforzará y actuará y los sabios del pueblo INSTRUIRÁN A MUCHOS…” (v33), el Israel endurecido empieza a despertar. Jesucristo dijo: “por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:15-16) afirmando que pondrán la “abominación desoladora” en el templo judío, acontecimiento explicado por el apóstol Pablo cuando dice: “el cual se opone (el anticristo) y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que SE SIENTA EN EL TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR POR DIOS” (2 Tesalonicenses 2:4). Este es el inicio de una persecución contra los judíos (el pueblo de Dios) a quienes se les dice “HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:16).
Una parte de Israel es llevado al desierto, representado en Apocalipsis 12:1 con “una mujer vestida de sol con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”, a quien en el versículo 14 del mismo capítulo “se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente (Satanás) AL DESIERTO, A SU LUGAR, donde es sustentada por un tiempo (1 año), y tiempos (2 años), y la mitad de un tiempo (1/2 año). En Isaías 16:4, hablando de Israel, el profeta dice: “Moren contigo mis desterrados oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador…” Moab escapará de las tropas del anticristo y podría ser un lugar de refugio para los israelitas ya que Daniel 11:41 dice: “Entrará (el anticristo) a la tierra gloriosa (Jerusalén), y muchas provincias caerán; más estas ESCAPARÁN de su mano: EDON Y MOAB Y LA MAYORÍA DE LOS HIJOS DE AMÓN”.
Muchos piensan que en esta invasión del anticristo Rusia tendrá su participación al igual que Inglaterra y Alemania ya que la bestia que representa al anticristo en Apocalipsis 13:2 hace alusión a las que vio Daniel, las cuales son descritas en el capítulo 7 del libro que lleva su nombre. Daniel miró cuatro bestias y se le dijo que eran “REYES QUE SE LEVANTARÁN EN LA TIERRA” (Daniel 7:17) refiriéndose a naciones en nuestro tiempos; sin embargo, sean o no estas naciones, el anticristo “extenderá su mano contra las tierras, y no escaparán el país de Egipto. Y se apoderara de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán” (Daniel 11:42-43).
En este ambiente se hace presente la llamada “GRAN TRIBULACIÓN” “porque habrá entonces gran tribulación; cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21). En Daniel 12:1 se le llama TIEMPO DE ANGUSTIA: “y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; PERO EN AQUEL TIEMPO SERÁ LIBERTADO TU PUEBLO…” Estas últimas palabras escritas en mayúscula, nos dicen que es ese el momento en que Israel será libertado por su Dios. La Biblia dice: “”…por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo” (Daniel 11:33); también se nos menciona que “…algunos de los sabios caerán para SER DEPURADOS Y LIMPIADOS Y EMBLANQUECIDOS…” (Daniel 11:35). Juan en Apocalipsis 6:9 nos habla de lo mismo al decir: “cuando vio el quinto sello vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían” y en el versículo 11: “y se les dieron VESTIDURAS BLANCAS, y se les dijo que descansasen un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”.
Israel alcanza salvación en tiempo de angustia, y los gentiles están condenados ya que el apóstol Pablo lo expresa diciendo: “…Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12). Muchos (Israelitas) serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; los impíos (GENTILES) procederán impíamente; ninguno de los impíos (Gentiles) entenderá, pero los entendidos (Judíos) comprenderán” (Daniel 12:10). Israel será probado y los gentiles endurecidos tal como se endureció Faraón con las plagas de Egipto. Así lo declara la escritura en Apocalipsis 9:20-21 “y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, NI AUN ASÍ SE ARREPINTIERON de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios…”. También leemos en Apocalipsis 13:9 “y los hombres se quemaron con el gran calor, Y BLSFEMARON EL NOMBRE DE DIOS, Y NO SE ARREPINTIERON PARA DARLE GLORIA”. Se puede asegurar, por la escritura, que todo gentil que no fue levantado en el arrebatamiento no tiene oportunidad de ser salvo durante la gran tribulación, los tiempos de los gentiles son ahora y no hay que esperar para ser salvo.
Jesús dijo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de ESCAPAR de todas estas cosas que vendrán”, nosotros debemos estar preparados para escapar de la gran tribulación. Apocalipsis 3:10 dice: “por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también TE GUARDARÉ DE LA HORA DE LA PRUEBA…”, es decir, que la iglesia escapa antes de la hora de la gran tribulación , por eso el apóstol Juan, cuando miro una gran multitud de todas las naciones, pueblos, tribus y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en las manos; preguntó diciendo: “…Estos que están vestidos de ropas blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?” (Apocalipsis 7:13). La respuesta fue: “Estos son los que han salido (es lo mismo que ESCAPAR) de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del cordero” (V14).
LA GUERRA DE ARMAGEDÓN
Recordemos que Satanás se apodera de Jerusalén cuando profana el santuario y, como dice la palabra de Dios, “plantará las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo” (Daniel 11:45); sin embargo noticias del oriente (Los Chinos) y del norte LO ATEMORIZARÁN, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44). Los orientales, específicamente los chinos, serán parte de la guerra de Armagedón ya que también Apocalipsis 16:12 hace referencia a ellos diciendo: “El sexto angel derramó su copa sobre el gran río Eufrates (en el actual Irak); y el agua de este se secó, para que estuviese preparado el camino a los REYES DEL ORIENTE (chinos, orientales, asiáticos)”: pero el anticristo pide ayuda a las otras naciones ya que en los versículos 13 y 14 dice: “y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas ; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra (las otras naciones) en todo el mundo, para reunirlos a la batalla…”culminando con lo que dice el versículo 16: “ y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón”.
Armagedón se deriva de Ar que significa monte, y Megido que es el nombre de una ciudad situada en un monte de poca altura al pie del Carmelo en el valle de Jezreel. Armagedón, literalmente, significa monte de Megido o el alto de Megido.
Mientras Satanás reúne a las naciones en el monte Megido (Armagedón) y los orientales piensan en cruzar el Eufrates, otro país del norte se prepara para la guerra, lo leemos en Ezequiel 38 “Hijo de hombre pon tu rostro contra Gog (líder ruso) en tierra de Magog (Rusia), príncipe soberano de Mesec (Moscú) y Tubal (Turquía), y profetiza contra él” (v2) “Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia) con ellos…Gomer (algunos dicen que en el Talmud judío es Alemania)… la casa de Togarma (Griegos, Turcos, Italianos, españoles y portugueses)” (v5-6) “vendrás de tu lugar, de las regiones del norte, tú y muchos pueblos contigo…” (v15).
En estas circunstancias se encuentra el mundo, dispuesto a tener otra guerra mundial; sin embargo, “…aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al hijo del hombre, viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Cuando esto ocurre las naciones en conflicto se reúnen para pelear contra él, tal como nos lo narra Juan en Apocalipsis 19:19 “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo”. La Biblia dice: “…saldrá Jehová y peleará contra aquellas naciones…” (Zacarías 14:3) “…y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los olivos” (v4) “…y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (v5). El señor Jesucristo “…enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos (judíos), de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. Así también se profetizó en Isaías 11:12”… y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra” “Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (v15-16).
La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será apresada al igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre (Ap. 19:20). También el versículo 21 de Apocalipsis 19 dice: “Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. Jesús derrota a todas las naciones y se hace real la escena de Apocalipsis 20:4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.
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